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Las diferencias que hemos señalado antes entre estímulos en cuanto al valor dentro del mismo rasgo o en cuanto a la existencia de diferentes rasgos, los conceptos de cambio intradimensional e interdimensional, pueden distinguirse también dentro de la misma discriminación.

Se consideraría una discriminación como intradimensional si ambos Eds (tanto el ed+ como el ed-) son idénticos en todo excepto en el valor de uno de sus rasgos (por ejemplo dos objetos idénticos en tamaño, forma, que solo se diferencien en el color).

La adquisición de discriminaciones intradimensionales da lugar en las pruebas de generalización a los fenómenos de desplazamiento del máximo y el efecto de tendencia central.

Desplazamiento del máximo

Hanson en 1959 observó por primera vez este fenómeno en su experimento. Entró a tres grupos de palomas a discriminar entre dos sonidos que sólo se diferenciaban en su longitud de onda. Se distribuyó a los sujetos en cinco grupos, en todos se reforzó ante el sonido de 550 nm que funcionaba como Ed+. Sin embargo el sonido en cuya presencia se extinguía la respuesta, el Ed-, varió en función de la condición. Tras el entrenamiento se comprobó la respuesta de los sujetos ante diferentes estímulos de prueba, que iban de 480 a 600 nm. En la tabla se pueden ver los valores de entrenamiento y prueba, y el máximo de respuestas de media. Los únicos sujetos que no recibieron entrenamiento en discriminación, vamos que no se les aplicó extinción en ningún momento, fueron los del grupo 5.

El grupo 5, el único que no había sido sometido a extinción frente a otro sonido con diferente longitud de onda, fue el único grupo que demostró el máximo de respuestas ante el Ed+ original. En el resto de grupos se produce un alejamiento del valor en el que se observa el máximo de respuestas, y este alejamiento es más amplio cuánto más cercano está el valor del Ed- al del E+.

A este fenómeno se le denomina Desplazamiento del Máximo. Spence sugirió una teoría para explicarlo.Según él, el entrenamiento en discriminación incide tanto en el discriminativo positivo como en el negativo (tanto en el EC excitatorio como en el inhibitorio) y, por tanto, ambos estímulos adquieren un control del comportamiento que puede generalizarse a otros estímulos semejantes. Cuando la discriminación ha sido intradimensional, las diferencias entre los estímulos se limitan al valor en una sola dimensión (dentro de un continuo), de manera que los estímulos de prueba mantienen parecido tanto con el E+ como con el E-.

Spence destaca que todos los estímulos, los condicionados y los generalizados, tienen un efecto tanto excitatorio como inhibitorio, de manera que el efecto (la conducta provocada) podría entenderse como la suma algebraica de ambas tendencias.

Para calcularlo hay que tener en cuenta que en la gráfica que vamos a tomar de ejemplo (la de la izda. de la figura 5):

  1. Se han tomado los valores hipotéticos de respuesta que se observarían si el E+ y el E- hubiesen adquirido su función de manera independiente, es decir, como si no se hubiese entrenado una discriminación intradimensional.
  2. El gradiente sólo está mostrando la fuerza excitatoria de cada estímulo de prueba presentado, pero para realizar la suma algebraica de tendencias es necesario contemplar también la fuerza inhibitoria. Para ello tomaremos como valor de referencia el máximo de respuestas observado en cada gradiente (9 en el gradiente excitatorio y 5 en el inhibitorio). Si, por ejemplo, ante 530 nm. se observasen 4 unidades de respuesta en el gradiente excitatorio, ésta sería su fuerza excitatoria en ese gradiente, mientras que su fuerza inhibitoria sería 5 (9-4).

La Tabla 4 muestra cómo se calcularían los valores del gradiente fruto de la interacción entre el E+ y el E- siguiendo estos principios.

Los datos hipotéticos de la figura 5 nos aportan información sobre las características de este fenómeno:

  • El desplazamiento del máximo se produce en el sentido del E- al E+. En nuestro ejemplo, si el E- es 495 nm. y el E+ 510 nm., de existir un desplazamiento del máximo tendría que ser ante un estímulo con un valor superior a 510 nm.
  • El desplazamiento del máximo es mayor cuanto más cercanos se encuentran los valores del E+ y el E-. Esto puede comprobarse comparando el gradiente neto de la gráfica de la izquierda con el de la gráfica central, en la que apenas se observa desplazamiento. Esta característica se ha replicado con una amplia variedad de estímulos y especies.
  • Cuanto mayor es la discriminación mostrada por el individuo de los E+ y E- menor es el efecto de desplazamiento producido por la interacción entre ambos. La gráfica de la derecha tiene los valores del E+ y E- idénticos a la gráfica de la izquierda, sin embargo, no se observa desplazamiento del máximo.
  • Aunque el fenómeno se denomine «Desplazamiento del máximo», al menos teóricamente, también se produce un desplazamiento del «mínimo». Además, este valor dependería de las mismas variables que el valor en el que se observa el máximo de respuesta, excepto porque su desplazamiento se produciría en el sentido del E+ al E-.
  • Cuanto mayor es la interacción (más proximidad entre E+ y E- y /o gradientes más planos) menor es el valor absoluto de conducta observada.

A pesar de la robustez del fenómeno, existen características tanto del entrenamiento como de la prueba o de los propios estímulos utilizados que determinan su aparición. Por ejemplo, se ha comprobado que el entrenamiento en discriminación «sin errores» no produce desplazamiento del máximo en la prueba de generalización. O si la fase de evaluación es suficientemente larga, tampoco se observa este desplazamiento.

Lo que vamos a ver en el siguiente apartado, el efecto de tendencia central, es una de las variables que modulan el desplazamiento del máximo que más interés ha despertado.

Efecto de la Tendencia General

Hasta ahora hemos visto pruebas de generalización en las que se presentaban estímulos generalizados con valores tanto superiores como inferiores a los Ed+ y/o Ed- entrenados. Esta distribución más o menos simétrica de los estímulos de prueba da lugar a curvas normales cuyo valor intermedio es el Ed+ o Ed- original, siempre que no se produzca un desplazamiento del máximo. Pero ¿qué aspecto presentaría el gradiente de generalización si los estímulos de prueba presentados no se distribuyeran de esa manera?

Thomas y Jones respondieron la pregunta con un experimento con humanos. Se presentó una luz verde (525 nm.) durante un minuto, y se advirtió a los participantes que la recordaran para poder identificarla después. En la fase de evaluación los sujetos fueron distribuidos en tres grupos que diferían en los estímulos de prueba presentados: todos por debajo del Ed+, todos por encima del Ed+, u ordenados de manera simétrica. Los sujetos tenían que determinar cuál de ellos era el mismo que el color mostrado al principio pulsando una tecla. Los resultados se resumen en la Tabla 5.

Recordar que el Ed+, el que se presentó al principio y que tenían que identificar, era el mismo para los tres grupos, y todos tuvieron la oportunidad de señalarlo en la fase de prueba. Pero esto sólo ocurrió en el grupo con la distribución simétrica. En los dos grupos restantes el máximo de respuestas se desplazó en el sentido del Ed+ original hacia el valor medio de los estímulos presentados. Este es el Efecto de Tendencia central, y es uno de los mayores apoyos empíricos del enfoque relacional. Este enfoque defiende que la respuesta generalizada no se basaría en respuestas a las características físicas absolutas de los estímulos, sino a sus referencias relativas en función de los estímulos con los que tiene experiencia.

Para comprobar si afecta la distribución de los estímulos de prueba a la interacción entre el Ed+ y el Ed- en una discriminación intradimensional, Thomas y su equipo realizaron un experimento con humanos en el que consiguieron modificar el sentido del desplazamiento del máximo. En su estudio se utilizaron 11 intensidades de luz blanca clasificadas en orden creciente del 1 al 11. Se entrenó a 40 estudiantes universitarios a discriminar entre dos de esas intensidades. En un grupo se reforzó responder ante la intensidad de grado 2 (Ed+) y se castigó la respuesta ante la de grado 4 (Ed-). En el otro grupo el Ed+ fue el estímulo 4 y el Ed- el estímulo 2. La fase de prueba consistió en la exposición a seis series en las que se presentaban de manera aleatoria todos los estímulos, los once.

En ambos grupos se encontró un desplazamiento del máximo respecto al valor del E+ entrenado muy cercano a 6, la media de los valores de los estímulos de prueba. En el grupo en el que el Ed+ fue de grado 2, el máximo de respuesta se observó ante el estímulo 5; mientras que el grupo en el que el Ed+ era 4, se desplazó al estímulo 7. Pero lo más destacable es que el desplazamiento en el primer grupo se produjo en el sentido del Ed+ (2) al Ed- (4).

Estos resultados no invalidan el fenómeno de desplazamiento del máximo. En primer lugar porque el efecto de tendencia central, hasta ahora, solo se ha comprobado con humanos; en otras especies se sigue replicando el desplazamiento del máximo de forma consistente. En segundo lugar no todas las investigaciones con humanos obtienen resultados coherentes con él. Por tanto aún hay un debate abierto sobre este tema.

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