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Desarrollo neurológico y períodos sensibles

El patrón de ascenso-caída típico de las conexiones sinápticas y de la actividad neuronal parece estar relacionado con la plasticidad cortical durante la infancia, así como con la existencia de periodos sensibles en el desarrollo.

Periodos sensibles: Períodos o fases del desarrollo de especial susceptibilidad a las influencias ambientales que permiten o facilitan el logro de ciertas habilidades cognitivas. Un ejemplo prototípico es la adquisición del lenguaje durante la infancia. La noción de período crítico enfatiza la importancia que la maduración biológica tiene en el desarrollo al resaltar la necesidad de que determinadas experiencias ocurran en un momento temporal determinado. Pongamos varios ejemplos:

Impronta o troquelado: las crías de determinadas aves muestran una conducta de seguimiento del primer objeto que ven inmediatamente después de salir del huevo.

Generalmente es la madre lo primero que ven por esto la conducta de impronta ofrece evidentes beneficios para la supervivencia de las crías. El período de impronta es bastante corto ya que el cerebro madura muy rápido y en varios días los patitos evitan los objetos desconocidos.

El desarrollo temprano del sistema visual de los gatos: Hubel y Wiesel comprobaron que si se le tapaba un ojo durante un tiempo determinado a un gatito recién nacido, cuando el córtex visual está sufriendo cambios, el animal quedara ciego de ese ojo. Aunque investigaciones posteriores sostienen que parte de las funciones pueden ser parcialmente recuperadas por la experiencia.

En ningún caso se puede hablar de períodos críticos en el desarrollo humano, aunque determinados aprendizajes pueden ser realizados de forma más sencilla en períodos sensibles. Estos períodos están relacionados con el patrón de ascenso-caída en el desarrollo de las diferentes zonas de la corteza cerebral. Por ejemplo la adquisición del lenguaje (fonemas y gramática). Los niños son capaces de aprender rápidamente otras lenguas y es a partir de la pubertad cuando se empieza a tener dificultades para ello.

Bases neuronales del desarrollo de la memoria

En este apartado analizaremos las relaciones entre el desarrollo cerebral y el desarrollo cognitivo, centrándonos en un proceso cognitivo: los sistemas memoria. La evidencia neurocientífica confirma que podemos hablar de dos sistemas básicos de memoria, la memoria explicita o declarativa, y la memoria implícita, no declarativa o memoria procedimental.

La distinción entre procesos cognitivos explícitos e implícitos afecta a la memoria, el aprendizaje, el pensamiento y el razonamiento.

Los procesos explicitos suelen ser conscientes, intencionados, controlados y consumen recursos cognitivos. El desarrollo de la memoria explícita en bebés comienza en la segunda mitad del primer año de vida. Ej: sacar el bebé la lengua cuando antes la ha sacado un adulto. Esta memoria explicita depende de áreas neo-corticales específicas, así como de otras áreas de la corteza que rodean el hipocampo y el propio hipocampo.

Existe una memoria pre-explícita caracterizada por su aparición temprana (recién nacidos) y por depender del hipocampo. El gradual desarrollo de la memoria explícita durante la infancia va unido al desarrollo del hipocampo, las zonas corticales que le rodean, y otras zonas del córtex prefrontal, así como el establecimiento de conexiones entre estas áreas.

Las bases cerebrales de la memoria implícita son diferentes de las de la memoria explícita. Un primer tipo de memoria implícita son las conductas condicionadas. Poco después del nacimiento los bebés son capaces de adquirir y recordar respuestas condicionadas. Los bebés son capaces de aprender y recordar una respuesta a partir del reflejo palpebral. Ráfaga de aire más sonido, presentado repetidas veces es igual a parpadeo del bebé al presentar el sonido solo. Parece claro que la base neural del aprendizaje y memoria condicional de este tipo está en el cerebelo.

La adquisición de conductas condicionadas operantes , como conseguir un sonido agradable de un sonajero, aparece a partir de los tres meses y depende de los ganglios basales del cerebelo. La adquisición de estás conductas no-semánticas, procedimentales, que incluye el andar en bici o escribir a máquina, continua durante la infancia y depende de los ganglios basales y las cortezas frontal y motora. Existe una clara disociación entre los dos tipos de memoria: explícita (recordar hechos) implícita (recordar destrezas).

Las personas con amnesia tienen lesiones en el hipocampo y son incapaces de adquirir nuevos recuerdos, pero si pueden realizar secuencias motoras. Las personas con Parkinson, con los ganglios basales afectados, muestran problemas en habilidades motoras pero tienen un buen recuerdo del pasado.

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