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Estructura y funcionamiento de la memoria: ¿uno o varios sistemas?

Los modelos explicativos de la memoria apuntaban a una diferenciación entre distintos tipos de memoria con características estructurales diferentes, marcándose el contraste entre una memoria inmediata y otra más a largo plazo, según James memoria primaria y secundaria.

Estructura multialmacén y aspectos funcionales

En este modelo la memoria presenta una estructura de 3 sistemas (almacenes de memoria) a través de los cuales se procesaría la información:

  1. La memoria sensorial.

  2. La memoria a corto plazo.

  3. La memoria a largo plazo.

Dichos sistemas de almacenamiento se sitúan secuencialmente: primeramente la información proveniente del medio y recogida a través de los sentidos, se registra en la memoria sensorial. De ésta pasaría a la memoria a corto plazo (MCP) donde se codifica y se mantiene durante algunos segundos y finalmente se transferirá a la memoria a largo plazo (MLP) donde se almacenará de forma más permanente.

La teoría de los niveles de procesamiento de Craik y Lockhart se centra en la forma en que se realiza el procesamiento. Según la teoría el recuerdo no depende del almacén en que se ubique la información sino más bien del nivel de profundidad con que se realiza el procesamiento de la entrada sensorial. El procesamiento profundo genera un mejor recuerdo que el superficial.

Lo que pone de manifiesto el efecto de los niveles de procesamiento es que la capacidad real está muy relacionada con las operaciones que se apliquen sobre la propia información a retener.

Son características a este respecto: la repetición o repaso del material a recordar o su agrupamiento en categorías, en cuanto pueden suponer una ampliación funcional de la capacidad real de almacenamiento.

Principales referencias en torno a los tipos de memoria:

  • Memoria (registro) Sensorial (MS): sistema de la memoria que retiene una impresión fugaz del estímulo (durante una fracción de segundo) en cada una de las modalidades sensoriales.

  • Memoria a Corto Plazo (MCP): sistema de la memoria que permite mantener activa una pequeña cantidad de información (7+/-2 unidades) durante un breve espacio de tiempo (en torno a los 20 segundos). Tras este tiempo la información se pierde a no ser que se transfiera a la MLP. Se relaciona con la memoria operativa o de trabajo.

  • Memoria a Largo Plazo (MLP): sistema de memoria que permite mantener la información de forma relativamente permanente. Está involucrada en el almacenamiento y recuperación de toda la experiencia pasada.

  • Memoria Operativa (MO): perspectiva funcional de la MCP que le atribuye funciones tanto de almacenamiento como de procesamiento. Se refiere al componente activo de esa MCP en el que se enfatiza la importancia de los procesos de control a fin de superar funcionalmente las limitaciones estructurales del sistema de procesamiento.

  • Memoria Procedimental: se refiere a las habilidades sensitivo-motrices aprendidas a través de la práctica (mediante repetición) y que finalmente suponen un registro implícito. (Saber hacer, saber cómo). Ejemplo: montar en bici.

  • Memoria Declarativa: se refiere a la codificación y registro (representación) de todo tipo de información de modo que resulte explícitamente accesible y verbalizable. (Saber qué).

  • Memoria implícita: se refiere al registro y mantenimiento involuntario e inconsciente de todo tipo de información. Solo puede ser evaluada a través de pruebas indirectas que impliquen el recuerdo no deliberado de un estímulo previo (se relaciona con el conocimiento procedimental).

  • Memoria explícita: se refiere a la recopilación y recuperación consciente de la experiencia pasada. Se mide a través de pruebas en las que se hace referencia deliberada a una estimulación previa (sus contenidos representan un conocimiento declarativo).

  • Memoria semántica: parte de la memoria declarativa a la representación de significados y relaciones conceptuales. Es en esta forma como se representa y se organiza el conocimiento general del mundo que una persona va adquiriendo, incluyendo también el vocabulario. Contrasta con la memoria episódica.

  • Memoria episódica: parte de la memoria declarativa relativa a acontecimientos con referentes espacio-temporales concretos (el cuando y el donde). Se trata del tipo de memoria que nos permite situar y organizar nuestras experiencias dentro de las coordenadas espacio-temporales (episodios vividos). Contrasta con la memoria semántica.

Memoria operativa

En la MCP es donde la información obtenida del medio (a través del registro sensorial) se combina con la recuperada del almacén a largo plazo (MLP) y se codifica y se transforma de diversos modos en función de las metas buscadas.

Esto supone la codificación 2 e interpretación de dicha información. “Ya no son simples sonidos sin sentido, sino palabras con significado”.

Limitaciones estructurales de este sistema:

  • Desde el punto de vista temporal, la información en la MCP solo permanece en torno a lo 15-30 segundos.

  • El límite de amplitud (capacidad) se sitúa alrededor de las 7 unidades de información

Procesos de control y funcionamiento estratégico

Este tipo de almacenamiento se produce a nivel consciente, de forma que la MCP se ha considerado como la “unidad central” del procesamiento. Es el almacén donde se aplican los procesos de control, los cuales sirven para poner en marcha ciertas actuaciones estratégicas que permiten superar funcionalmente las limitaciones estructurales.

Mediante el agrupamiento (chunking) aumentamos la escasa capacidad de la MCP al formar unidades más amplias y complejas. La información puede ser mantenida en la MCP por un tiempo indefinido si lo repetimos mentalmente las veces que sea preciso. Esta repetición o repaso pese a ser una estrategia puramente mecánica, permite asimismo superar el límite temporal de la MCP.

Este sistema de memoria inmediata, la MCP cumple un papel crucial en el pensamiento consciente, es donde reunimos y combinamos la información disponible (tanto interna como externa) para formarnos una imagen integrada de las cosas y en general del mundo que percibimos.

La naturaleza esencialmente activa de la MCP es lo que hace que se la considere como una memoria operativa o de trabajo.

Modelos de sistema unitario

Una alternativa a la existencia de distintos sistemas de memoria proviene de las concepciones teóricas que sostienen que la memoria puede contemplarse como un único sistema con diferentes grados o niveles de activación.

El modelo de procesos anidados de Cowan plantea una jerarquía de “activaciones” de la información partiendo de aquella que ya tiene disponible el sujeto por su experiencia y aprendizajes. Dentro de la gran información que se tiene almacenada en la MLP, la MCP sería la parte que es “activada” en función de la estimulación entrante y los requerimientos de la tarea, su contexto y sus objetivos.

Dentro de esta información activada (la MCP), la MO se concibe como la información que es “atendida” en un momento dado de forma consciente. La MO sería la información “sobreactivada” en cuanto que es objeto del foco atencional (o foco de atención) siendo así mantenida temporalmente de forma accesible y consciente. El control atencional voluntario de este foco atencional es lo que llevaría a cabo un ejecutivo central.

Cowan defiende que debe ser “el foco atencional” el factor determinante de las diferencias individuales. Señala que la variabilidad se encuentra en la habilidad para usar y ajustar el foco atencional durante el procesamiento (en el control atencional) y también en el denominado “alcance atencional” que determinaría la amplitud o capacidad de almacenaje.

La capacidad del foco de atención en adultos está en torno a los 3 o 4 elementos independientes.

Cowan asume que las limitaciones del alcance atencional (capacidad) pueden soslayarse hasta cierto punto si la información a almacenar se codifica o se procesa de una forma estratégica (como por ejemplo mediante estrategias de agrupamiento), para lo que son esenciales los mecanismos de control gestionados por el EC.

Además señala que el almacenamiento no es independiente del procesamiento sino que constituyen aspectos íntimamente ligados.

Memoria y funciones ejecutivas

Se considera al EC como el principal responsable (máximo exponente) del funcionamiento de la MO.

Este tipo de procesos atañen a lo que se conoce como funciones ejecutivas del sistema que son esenciales para el funcionamiento cognitivo sobre todo en aquellas tareas que demandan de un control consciente (metacognitivo) de la ejecución.

Las funciones ejecutivas hacen referencia a aquellos procesos que permiten la auto-regulación y auto-dirección del funcionamiento cognitivo, constituyendo asimismo la base de la planificación y regulación de la conducta en relación con las metas buscadas. Esto incluye la regulación de la atención, la inhibición de respuestas inapropiadas, la coordinación de la información en la MO y la capacidad para organizar, secuenciar y planificar conductas adaptativas.

Las funciones ejecutivas se consideran relevantes en el control consciente de cualquier actividad y sobre todo en el requerido para abordar, gestionar y completar los procesos necesarios en la resolución de problemas novedosos o difíciles donde los sujetos no pueden emplear respuestas automatizadas o rutinarias.

Los referentes básicos de las funciones ejecutivas son: MO, planificación, flexibilidad, monitorización y control inhibitorio.

El patrón evolutivo de estas habilidades está relacionado: la fase más dinámica parece producirse entre los 6 y los 10 años, pero el progreso se extiende hasta la adolescencia e incluso hasta la edad adulta.

Existen 2 grandes categorías: procesos metacognitivos y de regulación social/emocional.

Los metacognitivos comprenden aquellas funciones ejecutivas que juegan un papel crucial en los contextos educativos formales, en cuanto determinan tanto la comprensión de la información como la planificación, el control y la evaluación de las tareas de aprendizaje.

Control autorregulatorio (ejecutivo-metacognitivo) de la actividad en tareas de aprendizaje:

  • Planificación (antes)

  • Organizar el trabajo antes de comenzar.

    • Identificar los objetivos del aprendizaje

    • Atender (focalizar) voluntariamente el contenido importante

    • Seleccionar y gestionar las estrategias necesarias para entenderlo y recordarlo

  • Supervisión (durante)

  • Tomar conciencia de la calidad del progreso a medida que se trabaja (resultados parciales)

    • Revisar el proceso seguido, reajustando las estrategias si es necesario

    • Cambiar el foco atencional de forma fluida dentro de las tareas y entre las tareas

    • Administrar el tiempo para llevar a cabo la tarea dentro del margen disponible

  • Evaluación (después)

  • Evaluar el resultado final en función de los objetivos y planes establecidos antes de empezar

    • Flexibilizar (reorientar) la ejecución de cara a nuevos intentos (si son necesarios) a fin de mejorar el rendimiento

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