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1. Anfetaminas

Las anfetaminas es un grupo de sustancias cuyo núcleo está constituido por una molécula de finilisopropiamida y están dotadas de potentes acciones estimulantes sobre SNC y acciones a nivel periférico mediadas por receptores alfa y beta adrenérgicos.

Aspectos clínicos

Aunque los efectos objetivos inducidos por las anfetaminas dependen del consumidor, del ambiente, de la dosis consumida y de la vía de administración, puede decirse que dosis moderadas de anfetaminas por vía oral, en sujetos normales, suelen producir una elevación del estado de ánimo, una sensación de mi energía y lucidez, disminución del apetito y menos sensación de fatiga. La dependencia produce un progresivo deterioro de la capacidad de afrontamiento de las obligaciones laborales y familiares. Por otra parte, han demostrado que la utilización regular produce una rápida tolerancia, por lo que los consumidores habituales necesitan cada vez una mayor dosis para tener el mismo efecto. A su vez, el consumo continuado suele asociarse con una disminución progresiva los efectos placenteros y un aumento continuado de los efectos disfóricos.

Complicaciones psiquiátricas inducidas por el abuso de las anfetaminas

La aparición de complicaciones agudas suelen ser muy raras entre los consumidores de dosis bajas, pero son bastante comunes entre los usuarios habituales de dosis altas. Pueden aparecer cuadros del delirium, la intoxicación anfetamínicas se acompaña, con relativa frecuencia, de aparición de cuadros psicóticos que suelen presentar una sintomatología típicamente paranoide acompañada de alucinaciones visuales, hiperactividad, hipersexualidad, confusión, incoherencia y en ocasiones trastornos formales de pensamiento. El aplanamiento afectivo y la logia, propia de los trastornos esquizofrénicos, no suele estar presente en estos cuadros. Los consumos prolongados de esta sustancia pueden acompañarse de impotencia y disfunciones sexuales. El sueño es otra de las funciones que suele alterarse, de manera que la intoxicación suele acompañarse de insomnio, y la abstinencia de hipersomnia.

Tratamiento

El tratamiento del abuso-uso de anfetaminas está actualmente mucho menos desarrollado que el tratamiento de otros tipos de drogas. No obstante, desde la perspectiva del uso-abuso de sustancias, la mejor aproximación terapéutica consistiría en combinar los tres pilares de tratamiento: biopsicosocial. El consumo de estimulantes, en general acompaña de bajas tasas de retención terapéutica, por lo que el esfuerzo inicial debería ser dirigido a atraer y mejorar la retención- adhesión de los pacientes.

Tratamiento farmacológico de la intoxicación

La intoxicación anfetamínica suele tener un curso limitado, resolviéndose la gran mayoría de veces de 24 a 48 horas. Una de las principales complicaciones suelen ser las convulsiones, que deberán tratarse mediante administración intravenosa de Diazepan. En el caso de aparición de cuadros psicóticos, pueden utilizarse fármacos antipsicóticos.

Tratamiento farmacológico de la abstinencia

La supresión brusca de anfetaminas se acompaña de una serie de síntomas de abstinencia, entre segundo y cuarto día, para desaparecer, generalmente acabo de la semana, si bien la depresión e irritabilidad pueden prolongarse. La abstinencia anfetamínica se caracteriza por estado de ánimo disfórico, fatiga, aumento de apetito, el enlentecimineto o inquietud psicomotriz insomnio o hipersomnia.

Con cierta frecuencia los pacientes desarrollan cuadros depresivos graves que a menudo se acompañan de ideación suicida. Las benzodiazepinas pueden ser útiles. Los betabloqueantes como el propanolol, también pueden resultar de utilidad a la hora de reducir las manifestaciones físicas de la ansiedad. La evidencia sugiere que los antidepresivos no tienen probablemente ningún efecto sobre la conducta de uso de droga. La administración de antipsicóticos puede ser útil aquellos casos en que exista una gran afectación en el momento de ingreso por una psicosis inducida por esta droga. No obstante, los cuadros psicóticos inducidos por anfetaminas suelen ser muy breve duración, en muchas ocasiones puede resultar suficiente la administración de benzodiazepinas, como el Diazepan.

Tratamiento farmacológico de la dependencia anfetaminas

Si bien los tratamientos de sustitución son ampliamente utilizados en otro tipo de sustancias, en el caso de los estimulantes utilización está únicamente restringida algunos centros y algunos pacientes concretos.

Intervenciones psicosociales

Hasta la fecha se ha sugerido la utilidad de un amplio número de intervenciones psicosociales en el tratamiento del uso-abuso de anfetaminas, además de terapias complementarias como la acupuntura, la homeopatía, etcétera. No obstante, la documentación científica es muy escasa y prácticamente no existen trabajos metodológicamente bien desarrollados que confirmen su eficacia.

2. Alucinógenos

Bajo este epígrafe se incluye un grupo heterogéneo de sustancias, de origen natural o sintético, capaces de producir alteraciones las funciones psíquicas básicas. De todos ellos el mas utilizado, en nuestro entorno, es el LSD.

Aspectos clínicos

Su patrón de consumo es ocasional, produciéndose en un fenómeno de tolerancia sin síndrome de abstinencia. En general, el consumo de alucinógenos se acompaña de un cuadro somático y un cuadro psíquico. No obstante, hay que señalar que es difícil establecer un patrón único de respuesta, se considera que los efectos psicoactivos depende de factores ambientales y a las características idiosincrásicas del consumidor, así como de la sustancia, además de la vía de administración. Así la respuestas emocionales puede ser muy variadas, oscilando entre una profunda sensación de calma y un estado desesperación insoportable.

Tratamiento

La LSD es una droga de consumo ocasional que no se asocia a un síndrome de abstinencia. La solicitud de asistencia médica puede ocurrir en el área de urgencias asociada a la reacciones adversas secundarias a su consumo.

Tratamiento de la reacciones adversas de tipo agudo

Se refiere a los efectos conservados por su consumo puntual y que se denomina “mal viaje”.

Suelen ser relaciones disfóricas de gran intensidad que se prolongan durante horas. Son frecuentes ideación paranoide, tristeza o alucinaciones, y raramente aparece la confusión. Puede existir riesgo de conductas autolíticas, no intencionadas debidas a las alteraciones perceptivas del pensamiento. Habitualmente, no es necesario el uso de psicofármacos para tratamiento de esta reacciones adversas, y se recomienda el soporte personal, medias de apoyo y tranquilización. Asimismo puede recurrirse a las benzodiacepinas como el Loracepan o el Diazepan, en el caso de psicosis tóxica, se recomienda el uso de antipsicóticos.

Tratamiento de reacciones adversas a largo plazo

Reacciones adversas a largo plazo incluyen reacciones que se produce una vez que ha transcurrido un determinado tiempo desde consumo puntual. Las principales reacciones hacen referencia a cuadros psicóticos, trastornos del estado de ánimo, exacerbaciones de trastornos psiquiátricos preexistentes, trastornos de la persona personalidad y trastorno perceptivo persistente por alucinógenos (flashback), que puede degenerar en una agorafobia. Éstos cuadros pueden requerir un abordaje psicoterapéutico prolongado que no difiere del tratamiento que se realizaría, independientemente de que los alucinógenos fueran los causantes de dicho cuadro. Los flashback pueden requerir la utilización de benzodiacepinas y, aunque inicialmente se consideró que los antipsicóticos podía ser de utilidad, se han descrito exacerbaciones en este tipo de trastorno.

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