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La combinación de diversos procedimientos procedentes de la neurobiología con los de metodologías conductuales ha establecido la importancia que pueden tener determinadas regiones cerebrales como correlatos neurales de la conducta de autoadministración de drogas. Los procedimientos neurológicos que más se han empleado y se emplean juntamente con métodos de análisis experimental han sido las lesiones electrolíticas, la administración intracraneal de sustancias y el marcador de receptores. Por su parte las metodologías conductuales que más han sido y son utilizadas son la estimulación eléctrica intracraneal, la autoadministración de drogas, el condicionamiento preferencial al sitio.

Estimulación eléctrica intracraneal

Pronto se dio la correspondencia en determinadas regiones atravesadas por el haz medial del cerebro anterior y el sistema mesocorticolímbico dopaminérgico. Anteriormente en 1957 varios autores demostraron por primera vez que las drogas de abuso debían, en parte, sus propiedades reforzantes a su capacidad para activar ciertos circuitos cerebrales que sustentaban la autoestimulación eléctrica intracraneal. Desde entonces, numerosos grupos han presentado resultados que confirman esta idea y la conexión entre circuitos neurales de refuerzo y el sistema mesocorticolímbico (que se origina en el área ventral tegmental).

Varias de las principales proyecciones del sistema mesocorticolímbico dopaminérgico desde el área ventral tegmental son el NACC y la amígdala central. Además, posiblemente el NACC sea una de las regiones frontales más importantes que las acciones reforzadoras de las drogas de abuso. Sin embargo, hay datos experimentales que indican que opiáceos como heroína y morfina pueden producir efectos reforzantes positivos independientemente del sistema mesocorticolímbico dopaminérgico actuando a través de receptores opioides del área ventral tegmental y del NACC. Se ha comprobado que tanto antagonistas dopaminérgicos como lesiones de sistema mesocorticolímbico no tienen ningún efecto en la reducción de la frecuencia de autoadministración de la heroína en animales.

Tal y como se comentado las lesiones del NACC disminuyen la autoadministración de heroína además de la cocaína y anfetamina, parece que los opiáceos pueden emplear mecanismos dopaminérgicos y no dopaminérgicos en el NACC para compensar la mediación de sus efectos. En el caso de los opiáceos y alcohol, además de la dopamina, parecen participar también otros neurotransmisores como el GABA el glutamato y el propio sistema propio endógeno.

Es posible que el NACC sea también una región importante en la mediación de los reforzadores naturales como la comida, el sexo y la interacción social. Se ha descrito como los niveles de dopamina extracelular aumentan en tareas de condicionamiento operante cuando el refuerzo es la comida durante la cópula de las ratas macho.

Gran parte de lo que se conoce sobre los sustratos neurales que median las propiedades reforzantes de las drogas se han obtenido como procedimientos neurobiológicos que implican un análisis del tejido nervioso posterior a la finalización de la tarea. No obstante, hoy en día es posible estudiar cambios en los niveles de neurotransmisores durante el desarrollo de la conducta a través de técnicas como la microdiálisis y la voltametría.

Estos métodos son muy adecuados para estudiar posibles modificaciones en los sistemas de neurotransmisores cuando se están produciendo los efectos de las drogas casi en tiempo real especialmente en el caso de la voltametría. La microdiálisis tiene una resolución del dializado muy precisa sin embargo la resolución temporal es ligeramente inferior a la voltametría.

Se ha demostrado que la autoadministración drogas de abuso produce aumentos en los niveles extracelulares de la dopamina, preferentemente en el NACC. También, se han medido los niveles de dopamina en el NACC con voltametría mientras el animal se autoadministra cocaína y se ha comprobado que dichos niveles aumentan inmediatamente antes de recibir la inyección y disminuyen después, para ir progresivamente incrementándose hasta el momento de la siguiente dosis. Estos resultados va en la linea de la hipótesis de que la DA intervine en la anticipación del reforzamiento, pero no en el propio reforzamiento. Cabe indicar que algo parecido se ha sugerido para los opiáceos y psicoestimulantes además de para el refuerzo con comida.

Los estímulos ambientales neutrales adquieren propiedades reforzantes secundarias, cuando se asocian con los reforzadores primarios, es muy posible que los estímulos ambientales condicionados provoquen una activación de la dopamina, la cual intervendría en las fases anticipatoria se reforzamiento.

Razones de la importancia del NACC:

  • En esta región, las ratas de laboratorio si autoadminstran directamente dopamina, anfetamina, cocaína y morfina
  • La autoadministración intravenosa de cocaína produce elevaciones dosis-dependientes de los niveles extracelulares de la dopamina en dicho núcleo
  • Las lesiones de la estructura producen la autoadministración intravenosa de la cocaína, (en D1)anfetamina heroína ( se ha interpretado como un intento de compensar su deficit)
  • La administración sistemática exógena de diversas drogas de abuso como opiáceos, etanol, nicotina, anfetamina cocaína producen aumentos extracelulares de la dopamina preferentemente en este núcleo en comparación con otras regiones cerebrales

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