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De los modelos basados en el procesamiento humano de la información, muchas aportaciones se han referido a la relación entre procesamiento de la información y la emoción. Los 3 modelos que vamos a ver ahora se fundamentan en la creencia de que existen estructuras cognitivas relacionadas con los trastornos de ansiedad.

Emoción e imagen: procesamiento bioinformacional

La teoría bioinformacional de Lang se basa en una concepción “descripcionalista” de la imagen emocional. Asume que toda la información, incluidas las imágenes mentales, es codificada en el cerebro de forma abstracta y uniforme (no de forma icónica o análoga). Propone que las imágenes emocionales son conceptuadas como estructuras proposicionales y no como representaciones sensoriales. La información sobre la ansiedad es almacenada en la MLP en redes asociativas (redes emocionales) o proposicionales.

Para la teoría bioinformacional no es relevante la forma en que la información es almacenada, sino los tipos de información almacenados y los resultados producidos por la activación de dicha información. La red puede ser activada por inputs. Cuando se accede a un número suficiente de "nodos" de la red, la red entera es activada, dando lugar a una variedad de conductas y experiencias denominadas emoción. Ciertos elementos de la red pueden poseer elevada potencia asociativa de forma que basta la activación de muy pocos nodos clave para acceder al programa completo. La memoria emocional contiene tres tipos de información:

  1. Información sobre estímulos externos: información sobre las características físicas de los estímulos externos (aspecto de algún animal).

  2. Información sobre las respuestas: incluye la expresión facial o conducta verbal, las acciones abiertas de aproximación o evitación, y los cambios viscerales y somáticos que soportan la atención y la acción.

  3. Proposiciones semánticas: información que define el significado del objeto o situación y de las respuestas, las probabilidades de ocurrencia del estímulo y las consecuencias de la acción.

En resumen, las unidades de análisis de la teoría de la bioinformación son las proposiciones (unidades de información que constituyen relaciones lógicas entre conceptos). Una proposición ("Nuria lee un libro") se compone de "nodos" o argumentos (Nuria y libro), y un elemento relacional o predicador (lee). Las proposiciones se agrupan en redes, y éstas constituyen una estructura asociativa o memoria asociativa de la emoción. Constituye una especie de "programa afectivo". La expresión afectiva se produce cuando se activa un número suficiente de proposiciones. En el tratamiento psicológico de las fobias generalmente se activa la memoria emocional, a través del input verbal (script).

Lang sugiere que para la respuesta emocional de miedo existe un prototipo de imagen del miedo codificado en la MLP. El prototipo puede ser activado por instrucciones, mc o estímulos sensoriales objetivos. Una característica importante del prototipo de fobia es que incluye información sobre las respuestas, es decir, un programa sobre la expresión afectiva o set de acción (ej: evitación/escape). Ciertas proposiciones poseen asociaciones entre sí muy fuertes y pueden actuar como claves para el procesamiento de la red y los correspondientes subprogramas de acción.

Pero no en todos los trastornos de ansiedad están igualmente integrados los diferentes componentes de la memoria asociativa. En la fobia específica hay redes altamente organizadas con elevada fuerza asociativa. Hay una fuerte disposición para el escape y la evitación como parte del prototipo fóbico. En la fobia social las redes son definidas por la vigilancia y las preocupaciones sobre la valoración. En la agorafobia las redes tienen poca fuerza asociativa y por lo tanto son más difíciles de activar.

Lang sugiere dimensiones básicas de conducta como: valencia (placer–displacer), potencia (dominancia–sumisión) y activación (arousal – reposo). En la última revisión, introducen la distinción entre respuestas estratégicas, que pueden ser descritas en términos de valencia y de activación y respuestas tácticas, que guardan más relación con los conceptos de dominancia y sumisión (potencia). La teoría ha enfatizado la importancia de la terapia de la ansiedad basada en la respuesta: debe ser más eficaz que la orientada sobre el estímulo porque determina una activación más completa de la estructura proposicional.

Para Foa y Kozak el concepto de significado no debería reducirse a las proposiciones semánticas, sino que debe incluir toda la información (codificada semánticamente y no semánticamente). Su perspectiva podría entenderse como una teoría sobre la reducción del miedo partiendo de los principios básicos de Lang. El PI es un paso imprescindible para la terapia de la ansiedad. Entienden el procesamiento emocional como una modificación de las estructuras de memoria más que como una mera activación. A través del procesamiento emocional se lleva a cabo una corrección de las redes asociativas. La corrección se produce cuando al reducirse el miedo mediante la exposición, la información es incompatible con la de la red asociativa (contradice las proposiciones de la red).

La teoría psicoanalítica tradicional proponía que los individuos evitaban los pensamientos y recuerdos inductores de ansiedad. Brewin sugiere que el cambio depende de que dichos recuerdos sean readmitidos en lo consciente con el "afecto apropiado".

Sesgos cognitivos y ansiedad

Tanto Beck como Bower asumen que en los pacientes con algún trastorno de ansiedad debe existir una estructura cognitiva disfuncional que les lleva a producir ciertos sesgos en todos los aspectos del procesamiento de la información. Han desarrollado su teoría pensando más en la depresión que en la ansiedad.

Para Beck existe un esquema disfuncional que tiene un papel esencial en el desarrollo y mantenimiento de la depresión y de la ansiedad. Los individuos con trastornos de ansiedad poseen un sesgo sistemático: la activación selectiva del esquema asociado al peligro personal, representado en la MLP. Los esquemas están organizados en subsistemas o constelaciones (modos) que corresponden a diferentes aspectos motivacionales (depresivo, erótico, de miedo, de peligro). Las razones de por qué persiste la dominancia de un determinado modo no se explica suficientemente.

Bower formuló la teoría de la red asociativa. Defiende que las emociones están representadas en la memoria en unidades o nodos en forma de red asociativa (red semántica). Los nodos están relacionados con otros tipos de información: situaciones relevantes para elicitar la emoción, reacciones viscerales, recuerdos de eventos agradables o desagradables… La activación de un nodo emocional facilita la accesibilidad al material congruente con el estado de ánimo. Esta es la hipótesis de la congruencia del estado de ánimo. Otra hipótesis importante es que el material memorizado se recuerda mejor cuando existe acoplamiento entre las condiciones en que se aprendió originalmente y las condiciones bajo las que se pretende recordar, es la hipótesis de la dependencia del estado de ánimo.

Existe controversia sobre la viabilidad de las hipótesis derivadas de los modelos de Beck y Bower. Ambos coinciden en que los sesgos operan a distintos niveles el procesamiento: atención, interpretación y memoria. Pero los datos experimentales tienden a indicar que la ansiedad parece asociarse a sesgos de atención pero no a sesgos de memoria, y que la depresión parece asociarse a sesgos de memoria explícita y no de atención.

Según Williams, la ansiedad se asocia primariamente a sesgos de integración (procesos automáticos y en fases iniciales del procesamiento) y la depresión se asocia primariamente a sesgos de elaboración.

Ansiedad y atención selectiva: procesamiento automático y estratégico

Los principales paradigmas empleados para investigar posibles sesgos atencionales en los pacientes con trastornos de ansiedad son varios. Uno es el de escucha dicótica, que consiste en la presentación simultánea de dos mensajes auditivos, debiendo atender a uno de ellos. Otro se refiere a la prueba del Stroop, que consiste en decir el color de una palabra que no coincide con su significado (palabra "azul" que aparece escrita en verde). Se produce un incremento en el TR denominado interferencia Stroop. En el stroop modificado se lleva a cabo con palabras que poseen un significado emocionalmente saliente ("miedo", "serpiente"). Los pacientes con ansiedad deben exhibir mayor interferencia (latencia) congruente con los estímulos relevantes, ya que la significación de la palabra atrae automáticamente la atención. En estos dos paradigmas no quedan claros los mecanismos que subyacen a los sesgos atencionales.

Para solucionar este problema se han diseñado tareas de tiempo de reacción, que posibilitan eliminar el posible efecto inducido por procesos múltiples como la respuesta verbal (en el Stroop) o la memoria verbal (en escucha dicótica). Son pruebas de procesamiento visual de palabras y atención dirigida. Los individuos con trastornos de ansiedad deben presentar latencias inferiores que otros individuos cuando el punto se localiza en la zona de palabras emocionalmente congruentes. Las palabras amenazantes-relevantes son detectadas más rápidamente por sujetos ansiosos (atención selectiva).

Existe un sesgo atencional en los pacientes ansiosos hacia las señales de amenaza. Cuando las palabras se igualan en emocionalidad no existen diferencias. Esto puede deberse a que ciertas palabras positivas presentan "emocionalidad relacionada" (la palabra "relajado" posee emocionalidad relacionada con "nervioso"). La mayor parte de datos positivos (que apoyan el sesgo atencional) corresponden a investigaciones con pacientes diagnosticados de TAG. También ha sido asociado al rasgo y estado de ansiedad (sujetos no clínicos). En general se han obtenido resultados que apoyan la hipótesis de congruencia específica, es decir, que las amenazas específicas pueden diferenciar a los sujetos con el trastorno de ansiedad congruente a la amenaza.

Hay que destacar la importancia del procesamiento automático (no consciente). Los estudios basados en escucha dicótica y en pruebas de Stroop parecen demostrar que el sesgo atencional vinculado a la ansiedad está determinado por mecanismos que operan a nivel no consciente, no intencional y automático (nivel preatencional). El efecto priming (una experiencia pasada facilita la realización de una tarea que no requiere un recuerdo deliberado de tal experiencia) observado en algunas investigaciones sobre memoria implícita y ansiedad se ha considerado como prueba del procesamiento automático selectivo típico de la ansiedad.

La conclusión derivada de trabajos sobre memoria implícita y explícita (emplean procesos estratégicos y de elaboración en contraste con los automáticos y de integración) es que la ansiedad se asocia a un sesgo congruente con la emoción en memoria implícita, y la depresión se relaciona con un sesgo congruente con la emoción en memoria explícita.

¿Hasta qué punto el sesgo atencional desempeña un papel causal y/o patogénico de los trastornos de ansiedad?

  1. Los individuos con elevado rasgo de ansiedad pueden tener tendencia a interpretar los estímulos como amenazantes.

  2. El sesgo interpretativo y el alto rasgo de ansiedad pueden llevar a incrementar la atención de forma selectiva hacia las señales de amenaza generando una espiral de incremento de la ansiedad.

  3. El sesgo atencional incrementa directamente la activación de los componentes del SNA.

  4. El sesgo atencional asociado al incremento de la activación autonómica y facilita o genera el condicionamiento pavloviano de respuestas de miedo/ansiedad, dando lugar a la adquisición de trastornos de ansiedad.

  5. También existe evidencia del proceso inverso: el sesgo atencional puede adquirirse mediante condicionamiento clásico.

  6. Un incremento en la activación autónoma, puede incrementar el rasgo de ansiedad y la tendencia a interpretar los estímulos ambiguos como amenazantes.

Ansiedad y procesamiento cognitivo: hacia una integración

Exceptuando la teoría de Lang, no puede decirse que con estas aportaciones exista un modelo específico de la ansiedad basado en el PI. Según Ohman la ansiedad (aguda y estable) se origina a partir de sistemas de defensa biológicos. El modelo esta estructurado sobre la base de cinco conceptos.

El detector de características permite llevar a cabo un filtrado inicial de los estímulos antes de valorarlos. Es importante para los procesos de alarma/ansiedad/miedo, ya que permite que algunas características estimulares puedan conectarse directamente con el sistema de activación. Actúa a un nivel previo a la memoria (antes de que el individuo dé un significado al estímulo). Permite que se produzca una discriminación de la información. Opera en las fobias, en el ataque de pánico y en el TEP.

El evaluador de significación valora automáticamente la relevancia de los estímulos que han sido filtrados. Forma parte de sistemas de memoria asociativos (procesamiento de respuestas emocionales (Lang) y representaciones mnésicas (Bower)), primando el procesamiento de estados emocionales congruentes. Es, al menos parcialmente, un sistema de procesamiento controlado. Sin embargo, opera preatencionalmente.

El sistema de activación sirve para dotar al evaluador de significación. Explica que el nivel de ansiedad pueda incrementar el sesgo atencional congruente. Actúa también sobre el sistema de percepción consciente. Hay comunicación recíproca entre activación y percepción autónoma (interés especial en el trastorno de pánico).

El sistema de expectativas sirve para acoplar la información dentro de las estructuras de la memoria asociativa (memoria emocional). A mejor acoplamiento, más activación de las estructuras congruentes. Tiene una doble función en la generación de ansiedad: por una parte, favorece el procesamiento selectivo de información congruente (induciendo sesgo), por otra, aporta el contexto para la interpretación consciente.

Y el sistema de percepción consciente tiene dos funciones. Una es que integra conscientemente la información procedente de los otros 3 sistemas (activación, significación y expectativas). La otra es que selecciona alternativas de acción para afrontar la amenaza (estrategias de afrontamiento).

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