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¿Por qué las fobias generalmente se asocian a unos tipos de estímulos y no a otros? Marks sugirió el concepto de prepotencia. La prepotencia conduce selectivamente las asociaciones a través de ciertas vías nerviosas. Una formulación semejante es la de Seligman en torno al concepto de preparación.

Concepto de preparación

El concepto de preparación parte de que el organismo está preparado filogenéticamente a través del proceso evolutivo para asociar ciertos estímulos con relativa facilidad y otros con relativa dificultad. Esta teoría surgió como reacción a la premisa de equipotencialidad. Según este supuesto cualquier EC o EI puede asociarse de forma semejante.

En los trabajos sobre condicionamiento aversivo en ratas, demostraron que las ratas están "preparadas" para asociar el sabor con la enfermedad y "contrapreparadas" para asociar sabores con descargas eléctricas. El significado que posee la preparación es de tipo biológico–evolutivo, lo que demuestra que la fuerza asociativa diferencial entre ciertos estímulos, determinada por la historia evolutiva de la especie, posee ventajas adaptativas.

Seligman definió la dimensión de preparación estableciendo un continuo teórico: dependiendo de las características específicas de los eventos asociativos, el organismo puede estar "preparado" (viene dado por las respuestas instintivas), "no preparado" o "contrapreparado". Según Seligman el número de veces que es necesario aparear el EC y el EI para que se produzca el condicionamiento es una medida operacional para establecer el continuo de preparación.

Preparación y fobias

Una de las razones por la que fracasaron algunos trabajos iniciales en sus intentos de replicar la teoría de Watson y Rayner fue porque emplearon EC arbitrarios (no preparados). Seligman establece que las fobias poseen 4 propiedades:

  1. Selectividad: las fobias están limitadas a un determinado rango de estímulos que se relacionan con peligros especiales que fueron importantes durante la evolución de la especie.

  2. Fácil adquisición: las fobias pueden adquirirse con un solo ensayo y sin necesidad de estímulos traumáticos.

  3. Resistencia a la extinción.

  4. Irracionalidad: desproporción entre el peligro real del estímulo y sus respuestas de ansiedad.

Las fobias son instancias de aprendizaje preparado y por tanto poseen un significado biológico-evolutivo. Se constituyen por asociaciones primitivas y no cognitivas que no son fácilmente modificables por los argumentos lógicos. Estas cuatros propiedades son propiedades del aprendizaje preparado. La teoría de la preparación consiste en una revisión del modelo de condicionamiento de la ansiedad orientada biológicamente. Esta teoría no asume que las fobias sean innatas, sino que el individuo tiene una capacidad innata para aprender reacciones fóbicas.

Una crítica es que no establece predicciones diferenciales para los distintos tipos de fobias. Öhman amplia la teoría incluyendo el concepto de que los "sistemas conductuales" correspondientes a distintos tipos de fobias pueden tener orígenes evolutivos diferentes. Los miedos no comunicativos aparecen en las fobias a las alturas y a los espacios cerrados, los miedos comunicativos a las fobias a los animales y fobias sociales, los miedos interespecíficos a las fobias a los animales, y los miedos intraespecíficos a las fobias sociales. Diferenciación entre fobias animales y fobias sociales

Las fobias a los animales tienen su origen en un sistema conductual de defensa a los depredadores relacionado con comportamientos agresivos intragrupo activados por un sistema de dominancia-sumisión. Obedecen a estímulos puntuales, están controladas por procesos automáticos, no reflexivos, tienen un sistema de respuesta de evitación-escape y una estrecha relación con la activación autónoma. Las fobias sociales obedecen a estímulos más difusos, están controladas por procesamientos menos automático y más reflexivo y no existe una relación tan estricta con la activación autónoma.

Esta diferenciación permite a la teoría de la preparación explicar algunas diferencias sobre la edad de comienzo de las fobias. Las fobias a los animales tienen una edad de comienzo temprana, en torno a los 7 años. Las fobias sociales durante la adolescencia (el sistema dominancia-sumisión es particularmente sensible durante la adolescencia y juventud). La agorafobia en las etapas adultas. Podría representar una forma madura de la ansiedad de separación. La ansiedad de separación puede poseer un elevado nivel adaptativo y de supervivencia. Pero puede ser desadaptativa si es excesiva y duradera.

Estudios experimentales

Öhman y colbs desarrollaron un análogo experimental pavloviano de condicionamiento de miedo fóbico. Se aplicaba un condicionamiento diferencial donde Un EC (diapositiva de araña) era seguido por una descarga eléctrica (EI). Otro EC igualmente relevante (diapositiva de serpiente) no era seguido del EI. Las respuestas diferenciales a los estímulos fóbico relevantes (EC+ y EC-) eran comparadas con las respuestas diferenciales a los estímulos neutros (no fóbicos-relevantes) (diapositivas de flores o setas).

Resultados: hay una superior resistencia a la extinción de las respuestas autónomas condicionadas a estímulos potencialmente fóbicos en comparación con las respuestas condicionadas a estímulos neutrales. Se obtuvieron resultados semejantes utilizando una fase de adquisición con un solo ensayo. Asimismo constataron que no era necesaria la presencia física del EI durante la adquisición, ya que los efectos fóbico-relevantes eran igualmente observables tras condicionamiento indirecto como vicariamente. Estos datos apoyan los principios de selectividad, fácil adquisición y resistencia a la extinción. También se probó la irracionalidad, pues las respuestas condicionadas a estímulos fóbico-relevantes, no eran abolidas a pesar de informar a los sujetos sobre la no emisión de los EIs durante la fase de extinción. El resultado más apoyado en las sucesivas replicaciones es la elevada resistencia a la extinción de las RCP condicionadas a estímulos fóbico-relevantes.

Un aspecto de la preparación que no ha sido suficientemente aclarado es el concepto de belongingness o asociación particular entre un EC y un EI. Cook y colbs postularon que los efectos fóbico-relevantes asociados a las imágenes de arañas y serpientes se deben a la naturaleza táctil del EI (descarga eléctrica). Esto podría sugerir que la belongingness relativa a los estímulos de animales pequeños fóbico-relevantes no implica los estímulos aversivos en general, sino que se restringe a estímulos aversivos específicos que implican daño en la piel.

Alternativas al concepto de preparación

Algunos autores sugieren que los mecanismos intervinientes en los miedos vienen determinados por el principio de discrepancia (discrepancia de la forma humana) y la presencia de propiedades preceptúales evocadoras de miedo. El hecho de haberse obtenido efectos fóbico-relevantes mediante ECs consistentes en caras humanas contradice esta hipótesis. Maltzman y Boid refieren que los efectos fóbico-relevantes obtenidos podrían deberse más a la significación de los estímulos que al miedo asociado a éstos. Sin embargo, si la significación es medida a partir de la respuesta de orientación, los datos resultan inconsistentes.

El concepto de prepotencia se ha sugerido como alternativo al de preparación. Sin embargo es complementario. La prepotencia parte de que los estímulos poseen una base filogenética para potenciar la atención y activación del organismo. Algunos autores piensan que los efectos fóbico-relevantes pueden deberse a un aprendizaje a través de la experiencia (asociación ontogenética). Sin embargo, existe una superior resistencia a la extinción con estímulos filogenéticamente relevantes que con estímulos de miedo relevantes ontogenéticamente.

Davey considera que ciertas fobias y miedos comunes a los animales reflejan un proceso de evitación de la enfermedad más que un proceso de defensa a los depredadores. Según este enfoque ciertos animales se han asociado a través del tiempo con la transmisión de enfermedad, suciedad o contaminación. Presenta evidencias a favor de que la sensibilidad al asco y la contaminación correlacionan con el miedo a animales considerados fóbico-relevantes pero inofensivos (ratas, cucarachas), mientras que no correlacionan con el miedo a animales depredadores (tigres, tiburones).

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